lunes, 10 de octubre de 2011

Tempestad

Como tiembla el cielo de duro, retumban mis oídos y ese frío se vuelve cada vez peor...
Suspiro y salgo a mi puerta para ver si es que ya llegaste...
Lo único en que puedo pensar es que deseo que no te estés mojando, que tengas puesto un sudadero para no sentir frío, que estés abajo de un techo y no estés en el trafico maldiciendo ese momento ya que lo odias tanto... Y si así lo es, Que haya alguien ahí, que logre llamar tu atención para no irte durmiendo y te volvas una amenaza para los demás conductores, Que tu estomago no sienta hambre y tus bellos pies con uñas pintaditas no estén entumecidos por el frío ni todos cansados por el trabajo y la presión en que estas sometida durante el día, que tu batí móvil no falle y te lleve segura a tu destino de estudio, que tu celular este con carga y a tu disposición, que no lleves esa preocupación contigo de saber que no te dio tiempo de terminar la tarea y que tus compañeros de estudio tampoco colaborarón para ello.
Si existiera ese botón rojo grande del que tanto solíamos hablar... créeme que lo presionaría para ti en estos momentos de preocupación, de pena por querer que estés bien para que solo así estuvieras a salvo siempre, y aunque sea de lejos poder ayudarte a que nada malo te pase... lograr encontrar la calma y protegerte de las cosas malas del mundo que tanto queres. Que ni la tempestad te asuste. 


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