Odio la comida china, no sabe igual en estos días, ni la que sirven en los mejores restaurantes o la que es mas cara que las demás, ninguna sabe igual desde ayer. Ya he dejado de ordenar la misma canción para el cocinero y el mesero ya no adivina que es lo que ordenaré cuando me ve entrar por esa puerta que solíamos cruzar agarrados de la mano, cuando me siento ya no me pregunta si estoy esperando a mi "esposa" como sin querer me pregunto aquella tarde en la que pinchaste llanta por salir corriendo a traerme en uno de mis berrinches la tarde de la ceremonia de graduación de tu hermana; Poco a poco empiezo a perder la costumbre de ir a ese lugar, nunca te he visto por ahí, solo veo los recuerdos en mi mente y los olores que en días pasados pude oler y los sabores que en el pasado pude saborear, las platicas que escuché, todas las cosas que toqué y lo que pude ver ante mis ojos que era tu y tu conjunto de cosas que me encantó. El parqueo, la cruzada de la calle, el baño con ese lavamanos automático con el que tanto me gustaba jugar y el mismo lugar en donde nos sentábamos tranquilos después de un día de trabajo, las noticias, las peleas y nuestro paladar llenándose de una comida que solía poder comer tan bien y que ahora he empezado a odiar.
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