Por qué me encuentro solo? sin ti, que hago acá? por que fui diseñado de esta manera? con estas cicatrices tan grandes que no me dejan continuar, con mi dignidad y confianza que no se han logrado recuperar desde que anduviste por estos rumbos, desde el dolor que se torna en forma de estatua firme e inderrumbable cada vez que pienso en la manera en que todo termino. Una guitarra española de fondo me acompaña en mi dolor en las tardes y la falta de color al panorama de mi vista hace que todo sea aun mas triste e inolvidable, el pensamiento lento de verte a los ojos y este invierno que parece ser eterno, la ciudad que me grita tu nombre y el sol que me repite a cada momento que hecha de menos vernos juntos, la fría espera y la falta de comunicación que tuvimos cuando solíamos ser testigos de todo lo que vivimos, las largas caminatas de noche desde tu casa hasta la mía en donde la luna era mi único hombro para llorar.
Si rezar te haría regresar lo haría cada vez que me levanto y cada vez que me acuesto para poder sentir esa esperanza de nuevo, para poder dejar de ver por la ventana cada vez que estoy en casa y poder estar tranquilo cada vez que es hora de salir de trabajar y así no creer en la idea que me estas esperando abajo en la banca de la panadería san martín o en donde venden los panes con frijol y licuados que tanto amábamos comer, en el árbol de la vida hablando con el Sr. Bono de el clima o de todas las veces que me vio llegar solo, en los taquitos donde estarás muriendo de hambre y te tendrás que disculpar por haber ordenado hongos asiáticos adentro de ellos. Hay cada razón para dejar este lugar, te felicito por ser la protagonista de esa obra que cada día me quita el aliento y me deja al borde de caer de ese edificio y no regresar a abrir los ojos de nuevo, algunos días grito desesperadamente para que regreses pero es difícil respirar bajo el agua del mar en donde nadie parece entender, nada parece ser real, en donde no hay veranos y el sol no pega directamente en la piel... aquel lugar que no se puede dejar en el pasado, que no se puede olvidar.
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