Quererte fue tan fácil como agarrar un cigarro y quemar su humo en mis pulmones,
Besarte como tomar de un cucharón entero de la olla de chocolate de mi abuela.
Desnudarte fue como conocer los síntomas del éxtasis por primera vez y
Olerte fue tatuar tu imagen y recuerdo en un lugar invisible y solitario de mi mente.
Cansarte fue como una montaña rusa en la de tantas vueltas eventualmente vomitas,
Olvidarte fue como la palabra de un alcohólico al decir que es la última vez y
Dejarte fue tan difícil como lo que le toma a un suicida jalar el gatillo,
Creerte eran las palabras de mi madre que se fue cuando era un niño al decirme que me quiere y
Odiarte efímeramente es mi diario vivir por haber olvidado que sucederías sólo una vez...
Convencerte de que no te fueras fue la respuesta que tienen los que juntan sus manos al encomendar su vida al fantasma más popular de todos.
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