miércoles, 6 de junio de 2012

Ya sabes donde estaré [Parte I]


De las ultimas esperanzas se han visto nacer grandes hazañas a lo largo de toda la historia de la humanidad, no se si este caso será una de ellas, pero creo aun mantener la esperanza en algo que me conmovió a tal grado de no dejar de pensar en eso por casi una año ya y aun sigo de la misma manera. Los días y las noches no han sido las mismas desde que sucedió esa muerte tan trágica y no en vida si no mentalmente, la taza de café que me estoy tomando no sabe igual y definitivamente no ha habido tranquilidad por estos rumbos desde que sucedió, muchos aquí no lo pueden creer todavía y todos recuerdan las cosas buenas que alguien algún día hizo por ellos, todos tienen al menos una foto colgada en su pared, como agradecimiento, para recordarla, para al menos tener una esperanza que regresara, por todo lo que hizo... Otros solo recuerdan lo malo, la traición, el trago amargo que los hicieron pasar en el momento en que todo se fue repentinamente, como todo acabo y la impotencia que se sintió; He hablado con la mayoría de habitantes de esta aldea tan poca poblada, mucha gente se ha ido de aquí en el ultimo año, algunos han desaparecido como si se los hubiera tragado la tierra o si ella misma se los hubiera llevado, muchos suicidios pasaron desde entonces, pocos fueron los valientes que lograron aguantar este tipo de incertidumbre y muchos continúan sus vidas con miedo, siempre viendo para todas direcciones, como si tuvieran una deuda con alguien, como si esperaran que alguien les hará daño. Ayer en la noche de vientos fuertes y frío adormecedor pude ver desde la ventana de la vieja casa en la que me encuentro como la familia de enfrente se tomaban de las manos y de rodillas encomendaban sus vidas en nombre de ella y todos sus logros y actos durante el día se los dedicaban con gran adoración, sonreían unos con otros y se podía notar en sus caras la esperanza que bajo las velas y el frío ellos podían tener en medio de tanto miedo y sentimientos que no se pueden explicar, era así como agarraban fuerzas, era ese tipo de unidad en familia lo que los mantenía calientes y abrigados en medio de tanto tormenta. Por el poco tiempo que llevo de estar en este pequeño y desolado lugar me he Podido dar cuenta que mucha gente vive con una sola esperanza, todos creen que regresara la paz y los días volverán a ser como antes llenos de armonía y no me lo habían confirmado hasta que hable con la Sra. Ramírez. Blanca Antonia Ramírez Polanco, una señora que había crecido en esta aldea y vino aquí hace mas de 33 años, con raíces italianas y una gran debilidad por el pastel de mora, nos topamos en el mercado de pulgas del centro en donde yo estaba comprando los vegetales para el almuerzo de mi día tan largo que estaba teniendo tras haberme aburrido de hurgar entre las fotos y pertenencias personales que encontré de quien todos andaban extrañando en esos días, La Sra. Ramírez o Blanqui como me autorizo a llamarla, la conocí por accidente por medio de un vendedor de antigüedades, ambos preguntamos por ese viejo tocadiscos que estaba en exhibición y no se encontraba a la venta, casi que nos descuartizamos los unos con los otros y discutimos acerca de por que una señora de tantos años querría un tocadiscos y un joven lo querría poner en su repisa de souvenirs de vuelta en casa, ninguno de los dos compro el tocadiscos por que el dueño de la tienda Pedía demasiado dinero por el (lo cual me hizo pensar que aun no estaba listo para dejarlo ir y por eso pedía un precio descabellado). En ese momento pude notar que la Sra. Ramírez o blanqui llevaba con ella un pastel de mora y unas revistas entre la Cesta llena de vegetales, lo cual llamo mi atención pues no eran revistas comunes y corrientes, eran revistas que un músico y escritor local publicaba cada mes, de inmediato le pregunte a la señora acerca de ellas y muy enojada me contesto con un gran resentimiento por la escena en la tienda de antigüedades... [Continuará...]

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